Una tarde en Caballito

"Dale oeste, dale oeste" cantaban los hinchas de Ferro que viajaban en el 92. Al llegar a la calle Segui los simpatizantes bajaron por que el colectivo se desvió por el cordón policial. En una esquina un hombre le ataba los cordones a su hijo envuelto en una bandera con el escudo del club de Caballito, mientras la gente se acercaba al estadio caminando por la avenida Avellaneda.

Cuando faltan 15 minutos para el inicio del encuentro, en la tribuna que da espaldas al puente Gerónimo "cacho" Saccardi, había alrededor de 4.000 hinchas. El rival era Boca Unidos, y la gente se acercó a la cancha con la ilusión de que el equipo finalmente despegue.

Arranca el partido, en los primeros minutos se observa que Ferro intenta ser protagonista pero no logra inquietar el arco de Nereo Fernández. Al correr los minutos y no poder abrir el arco rival, los hinchas  comienzan a perder la paciencia, "Jugadores a ver si se dan cuenta, están jugando en Ferro, queremos dar la vuelta", se comienza a escuchar en la popular local.

En el inicio del segundo tiempo Boca Unidos se puso en ventaja, y los insultos contra los jugadores y el entrenador, José María Bianco, aumentaron. "Bianco andate" gritaba un hombre de canas, "Pongan huevos" reprochaba un joven exaltado.  Con el segundo gol del equipo correntino se volvió a escuchar: "Jugadores a ver si se dan cuenta, están jugando en Ferro, queremos dar la vuelta".
Al final el encuentro finalizo dos a cero y los hinchas despidieron al equipo con silbidos. La gente se retiró del estadio preocupada, sabiendo que la promoción está a sólo cuatros puntos.